Si bien los consumidores entienden que la IA puede ofrecer mejores experiencias, son escépticos acerca de cómo las marcas la emplean. De hecho, el 61 % de los consumidores no cree que las marcas tengan en mente los mejores intereses del cliente cuando utilizan sus datos personales.
Y, sin embargo, las marcas consideran que cumplen con la transparencia respecto a la IA. Si bien el 88 % de las empresas afirma que son honestas respecto al uso de la IA, solo el 46 % de los consumidores está de acuerdo con dicha afirmación. Incluso un menor porcentaje de consumidores (un 34 %) dice que se les informa cuando sus datos se ingresan en sistemas de IA.
Los clientes tienen buenas razones para preocuparse. Cuando les preguntamos a las empresas acerca de sus mayores desafíos con la IA, no se contuvieron:
El 44 % tiene problemas con el cumplimiento normativo y las inquietudes en torno a la privacidad
El 41 % enfrenta riesgos de seguridad
El 38 % tiene problemas de calidad y precisión de datos
Y estos desafíos afectan incluso mucho más a las marcas B2B que a las B2C. Los problemas como la calidad y la precisión de los datos (un 43 % frente a un 26 %) y la escalabilidad (un 32 % frente a un 20 %) son significativamente más notorios.
La IA promete bastante, pero muchas marcas aún enfrentan desafíos en su implementación tanto de manera responsable como eficaz. Entonces, ¿cómo las empresas pueden reducir la brecha entre la innovación y la confianza del consumidor? Todo comienza con la transparencia. Darles a los consumidores la posibilidad de aceptar activamente compartir sus datos —y no solo la opción de rechazarlo— genera confianza y convierte a la IA en una experiencia transparente y orientada al valor, en lugar de una caja negra.